¡Bienvenidos!

Espero que este sitio se constituya en un espacio en donde compartir ideas, sitios web, opiniones, materiales, noticias, y más, sea posible. ¡Bienvenidos a mi blog!

martes, 8 de abril de 2014

EL HOMBRE POSTORGÁNICO – CAPÍTULO II: TECNOCIENCA (Sibilia, P., 2009)


Antes, la vocación prometeica pretendía doblegar técnicamente a la naturaleza.  En la actualidad, se trata de una tecnociencia de vocación faústica, cuya meta consiste en superar la condición humana.

En el ideal contemporáneo subyace un rechazo del carácter orgánico y material del cuerpo y se pretende superarlo. Sibilia, P (2009) en el segundo capítulo de su libro El hombre postorgánico profundiza en ésta idea para detectar algunas características de los saberes que nutren nuestros cuerpos y nuestras almas. Para tal fin, hace un paralelismo entre dos líneas de pensamiento sobre la técnica que pueden rastrearse en la modernidad y las postmodernidad: tradición prometeica y la tradición faústica, respectivamente; puesto que el análisis de las mismas permite comprender los juegos de saberes y poderes que marcan los cuerpos y contribuyen activamente a la construcción de mundos.
Esta entrada pretende desarrollar dos ideas puntuales que permitan caracterizar ambas tradiciones: Campo de saber e Inmortalidad.

CAMPO DE SABER
En la sociedad industrial se apostaba a un papel liberador del conocimiento científico que pretendía mejorar las condiciones de vida a través de la tecnología: tradición prometeíca. Es decir, se tenía una visión meramente instrumental y se consideraba los avances de la ciencia como conocimiento racional de la naturaleza, con una capacidad de mejorar gradualmente las condiciones de vida de los seres humanos. No obstante este tipo de saber tenía un límite con respecto a lo que se podía conocer, hacer y crear, existían cuestiones que excedían a la racionalidad científica y que estaban  reservados exclusivamente a los dominios divinos.  Es en ese punto dónde la  tecnociencia de inspiración prometeica se detiene, si bien se apuntaba a un perfeccionamiento del cuerpo, había ciertos límites  de la naturaleza humana que debían ser y eran  respetados.
Los avances más recientes de la biología molecular y su servicio del desciframiento de la vida, abre paso a un nuevo escenario, en donde se revela  el carácter esencialmente tecnológico del conocimiento científico: tradición fáustica. Ahora, los procedimientos científicos pretenden comprender y superar todas las limitaciones derivadas del carácter material del cuerpo humano, a las que entiende como obstáculos orgánicos que restringen las potencialidades y ambiciones de los hombres.

INMORTALIDAD
Si en la modernidad la muerte se constituía como un límite en el desarrollo del biopoder, que se enfocó en la vida en toda su extensión; en la actualidad esta barrera estaría siendo desafiada. Con la tradición faústica, se deja atrás la prioridad de lo orgánico sobre lo tecnológico, y se pasa a tratar a los organismos como materia prima manipulable.
Uno de los grandes desafíos a lograr por la tecnociencia de vocación faústica  es romper la barrera impuesta por la temporalidad humana, que se constituye como una de las limitaciones derivadas del carácter materia del cuerpo humano. Lograr la inmortalidad es la meta pretendida, y para ello se avanza en tecnologías de la inmortalidad (criónica, inteligencia artificial e ingeniería genética).
Las nociones de vida y muerte dejan de ser dicotómicas y adquieren otros sentido. La vida es información constituyéndose así como objeto de diseño, por lo tanto debería considerarse la probabilidad de conservar o recuperar la información que constituye la "identidad" de la persona. De esta manera, el nuevo sentido otorgado a la muerte por la tecnociencia de inspiración faunística, es que ésta podría y debería someterse a la "capacidad de restauración".


Ante la siguiente expresión de Sibilia, "en que estamos llegando al fin de la tradición prometeíca, en dónde las herramientas de inspiración electrónica y digital dejan atrás a las herramientas y combustibles característicos de la sociedad industrial, ostentando la capacidad de modelar las materias vivas e inertes de forma inusitadas", expreso mi inquietud  que considero es necesario que todos reflexionemos: ¿cómo nos constituimos en esta nueva configuración histórica? ¿Cómo la constituimos?

·        *  Sibilia, P. (2009) El hombre postorgánico, Cuerpo, subjetividad y tecnologías digitales. II.Tecnociencia. Buenos Aires: Fondo de Cultura.

2 comentarios:

  1. Me pareció muy interesante la introducción que realizaste antes de desarrollar las dos ideas de Sibilia, P. del capítulo 2 Tecnociencia.
    Con respecto a la primer idea: Campos del saber coincido con vos en que hoy en día los procedimientos científicos pretender superar todas las limitaciones derivadas del caracter material del cuerpo humano. En cuanto a la segunda idea sobre la inmortalidad, desde la ingeniería genética, inteligencia artificial tratan de alguna manera de superar ese obstáculo entonces me pregunto después de esto que sigue?¿Cuál va a ser el siguiente obstáculo a superar? para pensar no????

    ResponderBorrar
  2. Que pregunta, si se supera ese obstáculo, ¿cuál va a ser el siguiente?. Me de escalofríos de sólo pensarlo. Si en algún momento tenes tiempo, te recomiendo mirar el vídeo: " ¡Esto es imposible! Vida eterna", que trata sobre la criónica y la idea de la inmortalidad. La verdad te deja atónita y genera más dudas que respuestas, lo cuál considero, muy bueno.
    (El vídeo está subido en una de mis entradas, "Interesante y controversial" )

    ResponderBorrar